Aseguraba ser amante de los casos perdidos...

Le atraía, supongo, la incertidumbre…de no saber qué cosas podían llevar a alguien a bajar los brazos.

Apuntaba en una libreta, ordenaba lo que pensaba, y las cosas tal cual las veía la otra persona.
Se notaba tan diferente a veces en la forma de mirar las cosas...Parecía como si cada uno mirara el mismo cuadro, de imágenes ocultas en una repetición de colores, de estas que se aparecen en 3D...Y no vieran la misma. Ni si quiera los dos la veían en tres dimensiones.


Intentaba entender porqué torcía la cara en ciertas situaciones, porqué se bloqueaba en otras, pero nunca se intentó explicar porqué sonreía, no necesitaba una razón para ver a esas persona enseñando los dientes de forma natural. Cierta curiosidad, pero de esa que no intentas matar...que te gusta poseer intacta.

Era eso, un caso perdido…
pero se habían encontrado en el esfuerzo de él por entender todo lo que era.





Moraleja: Se empezó a enamorar de los casos perdidos, cuando aprendió que lo que no encontrara él, lo acabaría encontrando su madre bajo amenaza.




Yo tenía la misma seguridad con mi señora madre…

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