Estoy en las escaleras de una escuela en la que los estudiantes están predestinados a soñar por lo que aman.
Se oye cantar...se oyen tacones...se oyen los nervios, las luces y por fin la acción.
Se oye cantar...se oyen tacones...se oyen los nervios, las luces y por fin la acción.
Y hasta qué punto es bueno que seduzcan las palabras.
http://www.youtube.com/watch?v=FDj9-2Qo7cc&feature=related
"[...] El fracaso no era mas que la prueba
de que el deseo,
no había sido lo suficientemente intenso."
Quiero una pala igual,
no necesito que nadie la pilote,
la quiero conducir yo.
suena a estreno, espero que haya salido bien :)